jueves, 23 de enero de 2014

Perros rasurados I, El calor

Existe una costumbre bastante generalizada y arraigada en nuestra sociedad que consiste en rasurar a los perros, especialmente en las estaciones cálidas.
Esta rutina de acudir a los centros mas o menos especializados para que procedan al rapado de nuestros canes se basa en criterios y creencias sin fundamento y en numerosas ocasiones es erróneamente considerada una necesidad de nuestros compañeros y una forma de evitar la molestia del pelo por la casa.

Antes de nada deberíamos saber que el pelo en el perro es su principal factor de protección ambiental ya que constituye un eficiente aislamiento térmico,tanto en climas fríos como templados, es un excelente impermeable, protege su piel de rozaduras y es una muy eficaz barrera protectora frente a las peligrosas radiaciones solares además de aportarle una importante percepción sensitiva.

Si nuestro perro necesita la protección de su manto, ¿porqué lo dejamos desprotegido?
Podemos pensar que va a a estar mas fresquito en los meses mas calurosos pero no es así ya que el pelaje evita que el calor del sol llegue directamente a la piel elevando su temperatura y ademas permite que el aire circule en el espacio entre piel y pelo permitiendo que la temperatura sea algo mas reducida en este espacio.
A mi me gusta llamarlo "el efecto sombrilla" porque es similar a lo que podemos sentir en verano cuando nos situamos bajo una sombra para evitar el sol directo.
Mediante estudios se ha comprobado que existe una gran diferencia entre la temperatura registrada en la punta de los pelos y la piel lo que demuestra el gran efecto protector del manto.

Es cierto que nuestros perros pueden sufrir un exceso de calor agobiante debido al pelo pero es consecuencia de que no se le ha retirado el pelo muerto, el exceso de subpelo o lana que permanece en el folículo una vez ha concluido su ciclo y que debe ser retirado mediante cepillados o deslanados periódicos.
A esto lo llamo "efecto manta" y ya sabemos lo asfixiante que puede ser colocarse en verano bajo el sol tapado con una manta.

De todo lo anterior se deduce que nuestros perros se encuentran mucho mas y mejor protegidos contra el calor con su pelo que privados del mismo pero que para que esta protección sea realmente eficaz es imprescindible mantener su manto en un correcto equilibrio, aseado, cepillado y libre de lana y "pelo viejo".

En las peluquerías caninas recibimos una gran demanda de este tipo de servicios de rasurado y nuestra obligación es siempre informar al cliente de las posibles consecuencias negativas de esta práctica y desaconsejar este tipo de servicios por razones como refrescar al animal ya que como hemos comprobado esta no es una solución real para evitar los calores que de una forma u otra todos sufrimos en el verano.

Seguiremos tratando este tema en las próximas entradas en este blog 
Perros rasurados II  La muda
Perros rasurados III La estética
Perros rasurados IV  El abandono


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